
Me han contado de aquellos seres que hablan con los ojos, gritan sin abrir la boca, siempre dicen te quiero sin pronunciar letra alguna, aman las hojas en blanco y son amantes de las letras.
Aquellos de los que se dice tanto, ellos siempre firmes continúan silenciosos, amarrados de sus sueños, caminando paso a pasito sin hacer ruido al fin son silenciosos, sigilosos, tan dueños de ellos. Se pierden de la gente, ellos siempre saben donde están, a donde fueron y a donde quieren ir.
Cuando se deciden a hablar aprietan los dientes, traban la lengua, y a veces balbucean, por amor, nervios o por mera y simple intención de no ser comprendidos, ellos se entienden solos, se aman en silencio y en cada movimiento se están amando con locura y a la vista de todos pero, siempre en silencio para eso están los ojos, que ellos hable.
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